Pachacamac (Perú)

El Proyecto Ychsma 


El sitio de Pachacamac, en la Costa Central del Perú, es uno de los principales yacimientos arqueológicos de la prehistoria andina, tanto por su superficie -casi 600 hectáreas- como por su profundidad temporal: una ocupación permanente de más de 1000 años, documentada desde los primeros siglos de nuestra era hasta la conquista española. Cuatro culturas precolombinas se han sucedido y cada una ha dejado huellas impresionantes en el centro monumental, incluyendo la arquitectura de adobe (Fig. 1). 

Cultura   Lima   Wari  Ychsma  Inca
Período Intermedio Temprano Horizónte Medio ntermedio Tardío Horizónte Tardío
Fechas aproximadas -200 à +650  650-900 900-1470 1470-1533

Fig. 1 : Vista parcial del sitio con las excavaciones

Las investigaciones llevadas desde los años 1990 se han centrado en el funcionamiento, desarrollo e influencia del sitio durante el Período Intermedio Tardío, o Período Ychsma (ca. 900-1470). La arquitectura de este período se caracteriza por la presencia de un modelo de edificio repetido en varias decenas de ejemplares en el sitio y en la comarca. Este modelo se conoce como la pirámide con rampa (Fig. 2). 

Fig. 2 : Excavaciones en curso en el B15


El Proyecto Ychsma ha recibido apoyo financiero de parte del FRFC, FNRS, CReA-Patrimoine, National Geographic Society (EE.UU.), Brennan Foundation (EE.UU.), Engie Foundation (Lima y París) y la ULB Foundation. Los objetivos iniciales eran las excavaciones de las pirámides con rampa, el plano completo del sitio utilizando recursos informáticos e imágenes virtuales, y la exploración de una excepcional necrópolis intacta descubierta en el 2004. Este vasto programa, llevado a cabo en estrecha colaboración con arqueólogos locales y las autoridades peruanas, se llevó a cabo a razón de una campaña por año desde 1999 hasta 2012. Las investigaciones realizadas incluyen excavaciones, levantamientos planimétricos de estructuras monumentales y estudios de materiales. Desde 2012, hemos enfocado más en el período Inca y en el tema del peregrinaje precolombino.
Los resultados logrados hasta ahora se refieren a diferentes sectores, que se resumirán muy brevemente a continuación.


Pirámides con rampa


La estructura de la autoridad se ha aclarado mediante investigaciones llevadas a cabo en los edificios monumentales recurrentes de los sitios de la región, conocidos en la literatura como "pirámides con rampas". En realidad serían palacios de jefes locales, organizados jerárquicamente -con Pachacamac como capital- y según un modelo de sucesión dinástica. De este modo, los yacimientos con pirámides han ido creciendo generación tras generación, ya que cada palacio se transformó en un mausoleo a la muerte de su principal ocupante, mientras que el sucesor construyó su propio palacio. Esto se aplica a las grandes pirámides (n°1, 2, 3, 7, 12), mientras que las otras corresponden a un rango inferior de autoridad, es decir, a residencias de élite que también cumplen funciones administrativas. Este nuevo modelo ha generado y sigue generando un sano debate dentro de la comunidad andina, ya que hasta entonces las interpretaciones del sitio se basaban exclusivamente en la exégesis de unas pocas fuentes etnohistóricas (Fig. 3).

 

Fig. 3 : Pirámide con rampa n ° 2


Mapa del sitio


El levantamiento planimétrico preciso del sitio fue un paso esencial en el avance de la investigación. De 2002 a 2008, continuamos este esfuerzo utilizando las últimas herramientas tecnológicas (tacómetros electrónicos y programas informáticos para el registro de datos y la reconstrucción arquitectónica) y con la ayuda de los especialistas más competentes (topógrafos, arquitectos, diseñadores de infografías). Además de los planos y el desarrollo de una nomenclatura para todos los sectores y edificios del sitio, el objetivo final fue el modelo virtual tridimensional de Pachacamac, el cual evolucionaría de acuerdo a los resultados de la investigación (Fig. 4).

 

Fig. 4 : Pachacamac en 3D


El peregrinaje


La deidad principal del lugar, Ychsma, fue rebautizada Pachacamac por los Incas, quienes la convirtieron en uno de los principales cultos oraculares de su imperio y organizaron formidables peregrinajes en su honor.
Esta costumbre, nos dicen los conquistadores, era summamente popular. Gente fiel había venido de todas las regiones del Imperio desde más de 300 leguas, es decir, unos 1500 km, para poder consultar al famoso Oráculo.
Una vez llegados a Pachacamac, tenían que ayunar durante mucho tiempo, rezar y hacer ofrendas a la divinidad, pasando a lo largo del tiempo en sucesivos patios cada vez más cercanos al santuario. Todo el proceso duraba más de un año!
¿Cuál fue la motivación de los fieles? ¿Por qué cumplieron con reglas tan estrictas? ¿Qué beneficio esperaban obtener los peregrinos de sus mortificaciones? ¿Por qué era tan popular el culto a Ychsma-Pachacamac? ¿Fue sólo por su calidad oracular, o por otras razones? ¿Cuándo empezó esta costumbre? ¿Fue establecido por los Incas, los Ychsma, o tal vez tiene sus raíces en tiempos aún más remotos? Para responder a estas preguntas, el uso de textos coloniales no es suficiente, y como la escritura no fue inventada en América del Sur, la arqueología es a la que hay que recurrir.

El protocolo específico que los peregrinos debían seguir era estándar en los principales lugares de peregrinación del Imperio Inca, como la Isla del Sol del Titicaca, o el Coricancha del Cusco. Esta peregrinación a Pachacamac y el culto oracular que fue su principal foco de atracción es un modelo que ha sido ampliamente utilizado para interpretar no sólo el sitio de Pachacamac en sí mismo durante el período Inca, sino también el sitio en períodos anteriores y otros sitios a través de los Andes, más o menos distantes en el tiempo y el espacio. Sin embargo, es sobre todo a partir de los textos de la época de la conquista y de la visión de los conquistadores respecto a este tema que se construyó el modelo. Por lo tanto, parecía importante poder resaltar los elementos arqueológicos que podrían sustentar, especificar, invalidar o confirmar las exégesis realizadas sobre la base de estos textos. Por ello, hemos iniciado una serie de excavaciones en todo el yacimiento para conocer mejor el carácter de la peregrinación, su antigüedad, su extensión y su popularidad. Los lugares clave que elegimos para excavar tenían por objeto responder a estas diversas preguntas, es decir, la logística de la peregrinación, el tipo de rituales que los peregrinos realizaban durante el año que pasaban en el lugar, el origen de los peregrinos, etc.
 


El cementerio principal de Pachacamac y los peregrinos enfermos


Las primeras excavaciones que se realizaron cerca del Recinto Sagrado donde se encuentran los templos mayores revelaron una parte intacta de un cementerio de gran importancia que se extendía frente al templo de Pachacamac. Hemos excavado más de 300 entierros en este cementerio, un tercio de ellos procediendo de una sola gran cámara funeraria. Estudios paleopatológicos y bioarqueológicos han revelado un número inusual de personas con diversos traumas en nuestra muestra. Esto nos llevó a volver a los textos que, entre los muchos atributos del oráculo de Pachacamac, subrayan sus cualidades como dios curador con esta cita: "Llegaron a este demonio en peregrinación con la esperanza de que él los curara de sus enfermedades". Pachacamac también se presenta como un dios creador asociado con la tierra, la fertilidad, la noche y la muerte. Por lo tanto, es comprensible que, por todas estas razones, el peregrinaje fuera muy popular. Los Incas modificaron el sitio y construyeron un Templo del Sol en el promontorio más alto, probablemente ocupado in illo tempore por otros edificios ahora completamente cubiertos. También construyeron un acllahuasi (una especie de convento) y una gran plaza llamada Plaza de Peregrinos. Todas estas instalaciones estaban destinadas a promover y controlar la peregrinación y el culto de Pachacamac y llevarlo a un nivel imperial. En efecto, todo indica, sobre la base de los análisis actuales de las diversas tumbas y materiales, que la peregrinación tuvo un carácter más bien regional o incluso local antes del Horizonte Tardío. Se están realizando análisis de ADN e isotópos para aclararlo definitivamente (Fig. 5). 

 

Fig. 5 : Sépulture in situ


Logística de la peregrinación


Las excavaciones que hemos llevado a cabo en otras partes del yacimiento han permitido una mejor comprensión del tema. De hecho, parece que además de los edificios ya mencionados se han construido otros y el sitio ha sido profundamente transformado por los Incas. Hasta la fecha, hemos excavado cuatro de estos edificios, designados según la nomenclatura oficial como E8, B4, B15 y B3. Las excavaciones realizadas en el edificio E8 permitieron entender el papel económico asignado al yacimiento, los del B4, el tipo de acogida que los peregrinos podían recibir a su llegada a Pachacamac. En B15 y B3 se han aclarado los aspectos ceremoniales y culturales. 

El edificio E8 está situado en el extremo norte del sitio. Tiene una forma rectangular general y originalmente estaba completamente rodeada por una muralla de 2 m de ancho, con acceso al suroeste. Consta de un gran patio de 80 m x 60 m combinado con una serie de recintos cuadrados dispuestos en dos filas paralelas de 10 unidades por el lado sur del patio. El acceso a estos espacios hundidos se hacía por caminos epimurales, es decir, desde la parte superior de los muros. También hay una pequeña habitación en la parte delantera (Fig. 6).

 

Fig. 6 : Edificio E8

Las excavaciones revelaron la presencia de khipus en esta habitación. Los khipus son instrumentos de registro de datos utilizados por los funcionarios del estado durante el período incaico. Se presentan bajo la forma de series de cordones de lana de camelido o de algodón, con nudos de varios tipos en función de las cantidades y categorías. Podrían compararse con algún tipo de libros de contabilidad (Fig. 7).

Los recintos hundidos son almacenes cuya excavación revelo los restos de lo que antes contenían: diferentes variedades de maíz, calabazas y otros. Estos bienes corresponden al producto de las tareas, es decir, a una forma de impuesto que cobra el Imperio Inca en las provincias bajo control.
La estructura E8 puede haber jugado un papel híbrido, es decir, como instrumento de la administración local, pero también como Tambo, es decir, como relevo para los funcionarios oficiales incas que viajaban, y también para los chaskis (mensajeros).

El edificio B4 está situado en la parte suroeste del segundo recinto y tiene una superficie aproximada de 4.025 m², un tercio de los cuales incluye un patio y otra sala (Fig. 8).
 Una especie de corredor se encuentra alrededor de la plataforma y el patio. El material oseo estudiado en la B4 corresponde casi en su totalidad a restos de consumo. En primer lugar, la mayoría de las especies identificadas son especies domésticas que se crían para el consumo (cobayas, camélidos). En segundo lugar, las marcas de corte y las fracturas intencionadas analizadas son características del consumo de alimentos.
Los datos arqueológicos permiten interpretar el uso del edificio, destinado a acoger a los peregrinos, con funciones como el almacenamiento de alimentos y bebidas, y la preparación de comidas, por lo tanto una función de comensalidad. Durante el periodo colonial temprano (siglo XVI d.C.) el edificio continuó siendo ocupado por locales y probablemente también por extranjeros. En el material estudiado se han identificado algunas especies exógenas: cerdos, bueyes, ovejas o cabras, caballos o mulas. Se han encontrado otros testimonios de este contacto. Por ejemplo, tenemos un estribo y fragmentos de manuscritos españoles de principios del siglo XVI. La zona B4 ha pasado de ser un espacio de rituales y celebraciones o banquetes a un espacio doméstico con probables establos. Se puede suponer que el papel festivo de este espacio pudo haber sido una de las razones que llevó a los españoles a instalarse allí y luego a transformarlo para cumplir con sus propias necesidades y acomodar a sus caballos (Fig. 9).
 

Fig. 7 : Khipu
Fig. 8 : Excavaciones en curso en el B4
Fig. 9 : Herradura


Santuarios menores


El B3 corresponde a un edificio de tamaño medio fechado del Horizónte Tardío con superficie aproximada de 1.700 m². Presenta un patio frontal y otro lateral y un patio interior al que se accede por dos entradas. Desde este patio interior se accede a la plataforma por una rampa lateral. La parte superior es plana con recintos hundidos en la parte posterior. Este montículo está asociado a un conjunto de cuatro probables almacenes laterales rectangulares situados al oeste.
El aspecto general del Edificio B3 sugiere un tránsito muy controlado, con accesos muy estrechos, es decir, para una sola persona a la vez. No hay huellas explícitas de actividades, ni siquiera en la plataforma, pero sí muchas ofertas de fundaciones. Estas características, así como la presencia de banquetas en los patios 1 y 2, y un posible altar y poste central en la plataforma, sugieren un uso ritual. Entre los testimonios de los conquistadores que llegaron a Pachacamac cuando el sitio aún funcionaba normalmente, destaca el de Francisco de Jerez: "En todas las calles de esta ciudad y en las puertas principales, y alrededor del templo de Pachacamac, había muchos ídolos de madera y los adoraban como a su diablo". En Pachacamac se encontraron postes decorados con incrustaciones de espondilo trabajado y metal, desafortunadamente fuera de contexto. Sus dimensiones podrían coincidir con las encontradas en el B3. Por lo tanto, se puede proponer que el edificio B3 fue utilizado como un santuario secundario para los peregrinos bajo el imperio incaico (Fig. 10).

El edificio B15, de planta casi trapezoidal, tiene una superficie aproximada de 1.400 m² (35 × 40 m) y está rodeado por un muro de unos 2,5 m de altura que hace que la parte interior sea invisible desde el exterior. Sólo hay un acceso, situado al norte, de 1 m de ancho y decorado con motivos y pintura roja. La arquitectura de la parte central, también pintada, consta de recintos y pequeños pasadizos ortogonales estrechos, separados por muros bajos de aproximadamente 1,5 m, probablemente cubiertos por un techo más alto de material perecedero, como lo demuestran los agujeros de los postes en diferentes lugares. La planta es laberíntica, con espacios internos muy limitados. Está claro que la mayor parte de la B15 sólo era accesible para un número muy limitado de personas (Fig. 11).

En cuanto a la cronología, se pueden distinguir varias fases: (1) la fase Ychsma Temprano caracterizada por cámaras funerarias que contienen momias del incio del Período Intermedio Tardío; (2) la fase Ychsma Medio a tardío caracterizada por la arquitectura de la parte central, modificada bajo los Incas en el Horizonte Tardío; (3) la fase de Transición, caracterizada por los restos de una gran ceremonia de abandono.
El B15 aparece sin duda como un edificio dedicado al culto. La naturaleza de este culto es difícil definir, pero podría estar relacionado con los ancestros cuyas tumbas se encuentran alrededor y debajo del santuario central. También existe una relación con el agua, como lo demuestran la fosa y el estanque y la tubería del Recinto 1, así como la iconografía de las pinturas murales y algunos artefactos, y las numerosas conchas de espondylus que se han encontrado.
En el mundo andino antiguo, el simbolismo del espondylus está estrechamente relacionado con el agua, las élites y los rituales. La presencia de residuos correspondientes a todas las etapas de la fabricación de artefactos de espondilus, así como las herramientas y la configuración arquitectónica adecuadas, sugieren que parte de la B15 se utilizó como taller. El hecho de que una actividad artesanal se desarrolle en un contexto de arquitectura religiosa no es sorprendente: en otros sitios andinos se han encontrado asociaciones entre talleres y áreas de culto. Además, es posible que el B15 también se utilizara para acomodar a los pacientes, como lo sugiere la presencia de cientos de piedras con propiedades ferromagnéticas entre las ofertas. Hoy en día, este tipo de piedra es utilizada por los curanderos tradicionales. Esto corresponde al modelo descrito anteriormente de Pachacamac como una especie de Lourdes prehispánica, un popular lugar de peregrinación bajo el dominio Inca, sobre todo porque era el dios que curaba enfermedades.
Por lo tanto, es posible que la B15 haya tenido uno o más curanderos entre sus ocupantes. Sin embargo, la única evidencia a favor de esta hipótesis es la presencia de piedras de magnetita, lo que obviamente podría explicarse de otra manera.

La ceremonia de abandono voluntario de la Fase 3 está marcada por ofrendas esparcidas por las salas y pasillos de la estructura B15. Incluyen objetos muy diversos de todos los Andes: ornamentos de plumas de loro y semillas amazónicas; piedras negras de la Sierra, algunas elegidas por su forma particular; conchas enteras o trabajadas de la región ecuatorial; copas decoradas con incrustaciones de nácar y espondilus al estilo de la Costa Norte, metales y cerámicas al estilo incaico. Este riquísimo conjunto atestigua la magnitud de los peregrinajes de larga distancia a Pachacamac cuando fue ocupado por los Incas. Con la excepción de las piedras, todos los objetos fueron deliberadamente destruidos y desgarrados, y sus fragmentos esparcidos por los recintos y los pasillos. Lo que llama la atención en este proceso es la calidad de los objetos y el hecho de que fueron destruidos deliberadamente y cubiertos por los escombros. De hecho, las personas que asistieron a esta ceremonia fueron muy numerosas y pudieron participar simbólicamente, cada una dejando una piedra en el B15, según una costumbre muy común en los Andes, hasta el día de hoy (Fig. 12).
El abandono ritual se llevó a cabo en el momento o poco después de la invasión española del lugar, como lo sugiere la presencia de cuentas de vidrio importadas entre los hallazgos. Por lo tanto, la ceremonia de abandono de la B15 debe entenderse no sólo como el simple rechazo de objetos y la destrucción de un edificio que ya no estaba en uso, sino como una muerte real, seguida del entierro de una serie de entidades que estaban activas a un nivel sobrenatural y sagrado. El carácter irreversible de esta operación y el contexto específico en el que se llevó a cabo -las horas caóticas de la conquista- ponen de manifiesto el modo en que se estableció un nuevo orden, que no dejó espacio para los viejos cultos y tradiciones.
 

Fig. 10: Excavación de una tumba de cánideo en el B3
Fig. 11: B15- murales
Fig. 12: Ofrendas
in situ


Material 


Los estudios de materiales son obviamente una parte integral de nuestro proyecto. El árido desierto de la costa peruana favorece la conservación óptima de toda clase de materiales, incluso los más frágiles, como los textiles o los restos humanos momificados. Así, hemos realizado una serie de estudios de materiales en diversos campos, a menudo con la ayuda de especialistas (cerámica, antropología física, bioarqueología, textiles, paleoictiología, malacología, paleobotánica, arqueozoología...) (Fig. 13).
La cronología regional, basada en la secuencia cerámica, es otro eje esencial. Cabe señalar que la arqueología científica sólo nació en los Andes centrales después de la Segunda Guerra Mundial, con la excepción de unos pocos pioneros. Varios cientos de miles de tiestos, vasijas enteras y docenas de fechas absolutas han permitido construir gradualmente una secuencia fiable, dividida en tres fases (Ychsma Temprano, Medio y Tardío) y varias subfases, para el período 900-1533 d.C. Desde 2004, nuestras excavaciones han permitido descubrir contextos aún más antiguos, que se remontan al inicio de la ocupación del yacimiento hacia el año 500 d.C. (Fig. 14).
De particular interés para la tematica en curso desde 2012, los análisis isotópicos sobre los difuntos del Cementerio I y los diversos contextos funerarios excavados en los últimos años deberían arrojar luz sobre la cuestión de su origen geográfico. Las disciplinas relacionadas que son más particularmente invocadas incluyen la arqueobotánica (para la identificación de plantas exógenas), la arqueozoología (incluyendo conchas y plumas de aves exóticas en contextos de oferta) y el análisis lítico (para ofrendas de conopa, piedras elegidas por sus colores y formas especiales, obviamente importadas). Se realizan otros análisis, esta vez en el laboratorio (datación por AMS, ADN, identificación de pigmentos, materiales diversos, etc.). 

 

Fig. 13: Estudios de materiales
Fig. 14: Botella de cuello cefalomórfo
in situ

Contacto Peter Eeckhout

Para las publicaciones sobre el proyecto, véase  http://ulb.academia.edu/PeterEeckhout